Durante su infancia Simón sufrió las burlas de sus compañeros, vecinos y familiares quienes lo tomaban por torpe y solían llamarle ‘el bobito’. Él sabía bien que algunas veces le costaba trabajo comunicarse fluidamente con otros, pero también sabía de su grandiosa inteligencia. A Simón le apasiona entender cómo funciona todo en el mundo, por eso nos acompañará en una aventura de mucha experimentación para despertar nuestro pensamiento divergente.
Cuando todos regresaron más pronto a casa
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Tom y los demás niños pintan. Lea pinta un gran sol, Paul sus nuevas zapatillas de baloncesto. ¿Y Tom? ¡Su cuadro provoca una gran consternación entre los adultos!
Con un humor inteligente, Isabel Pin nos cuenta una historia sobre la facilidad y despreocupación en la creatividad infantil. Los adultos, observadores temerosos, aparecen al lado de los niños un tanto ridículos.
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